Reseña Revista Chilena de Antropología Visual

1.24.2011 14:59

Por María Paz Bajas

Este libro, escrito por Christian León, es el resultado de un proceso de investigación de varios años. Está dividido en seis capítulos que abordan como temática general, el cine indigenista ecuatoriano y las diversas influencias socio-políticas y culturales que acontecieron durante el siglo XX en Europa, América Latina, y muy especialmente, en el Ecuador.

El primer capítulo, “Documental, representación y poder”, expone la propuesta teoría y metodológica con que se abordarán las producciones audiovisuales realizadas en el Ecuador durante el siglo XX. Temáticas como la subalternidad y la representación se ponen en juego a la hora de los análisis sobre el cine ficción Latinoamericano, para luego fijarse en el cine ecuatoriano.

Además, es posible comprobar -luego de leer el texto de León- que los procesos del cine y posteriormente del video digital en el Ecuador son muy similares a los de otros países del cono sur, como Chile por ejemplo. En las primeras décadas del siglo XX, el indígena es incorporado en la visualidad de cada país, donde su representación es construida por los Estados Nacionales como un referente de identidad, con fuertes raíces en la historia precolombina. Destacando la fuerte herencia de los naturalistas europeos que enfatizaron la vinculación del indígena con un entorno paradisíaco. Por lo tanto, siguiendo los planteamientos de León, se construyeron imágenes de “lo indio” en función de necesidades particulares ligadas a modos de dominación.

A partir de la aparición de la imagen en movimiento y su revolución como soporte representacional, se transformaron los antiguos imaginarios de los indígenas archivándose como verdaderos testimonios del pasado que se visibiliza luego de un largo tiempo de omisión y olvido. Frente a esto, León utiliza la metodología planteada por Deborah Poole, quien sugiere un acercamiento a la visualidad a partir de una economía visual, esto es, un análisis a la producción, distribución y consumo de estas imágenes.

Desde esta aproximación, un elemento fundamental es la importancia que adquiere la corriente indigenista en la producción audiovisual del Ecuador. Se plantea que el cine indigenista está ligado a los procesos de modernización propios del siglo XX, donde las ciudades pretenden construirse a partir de parámetros urbanísticos modernos, ligados a las ideas de ciudadanía. En este sentido, las condiciones de vida indígena serán percibidas como salvajes, tema que se resolverá con políticas de civilización desde el Estado y la Iglesia. De este modo, ese tipo de cine utilizó la tecnología, la estética y las convenciones cinematográficas con afanes políticos. Para generar un análisis más detallado, León utiliza la teorización que ofrece Tzvetan Todorov, y se acerca a los diversos discursos que construyen al indio, planteando como tesis fundamental que no existe una pluralidad en la representación, pues el poder y la dominación están arraigadas a la enunciación indigenista, lo que es posible de observar a través de patrones estéticos, culturales y cinematográficos comunes. Así, León se acerca a este tipo de documental desde su medio técnico, donde el cine se convierte en una herramienta poderosa en la construcción de imaginarios.

En este, su primer capítulo, aborda la tecnología cinematográfica a partir del desarrollo de la fotografía. A su vez, incluye la noción de “documental”, que toma fuerza con los trabajos de Robert Flaherty y John Grierson. Busca llegar a definiciones operativas desde las propuestas relizadas por Paúl Rotha en 1948, pasando por Jack Ellis, Gustavo Aprea, sugiriendo interesantes discusiones a la luz de los planteamientos de Delluc, Bazin, Sartre y Derrida.

Tampoco deja de lado a Bill Nicholls, quien ha desarrollado importantes reflexiones en torno a esta temática. Como parte de lo documental, la captación de la “otredad” forma parte de las tecnologías de representación, donde se plantea que el nacimiento del cine va de la mano con la puesta en escena de la alteridad. Ejemplo de ello son las imágenes realizadas por Dickson sobre los indios sioux en 1894, o las de Regnault en París sobre una mujer ouolova en 1895. A partir de reflexiones hechas por Stuart Hall, en torno a los regímenes de representación que producen identidades y otredades para hacer funcionar los sistemas lingüísticos, comunicacionales, culturales y psíquicos, León afirma que el cine no queda aislado en este tipo de estructura, así sostiene que “la práctica cinematográfica se estructura en tensión con la diferencia cultural” (48).

Dentro de los planteamientos teóricos que este autor intenta aplicar en el cine indigenista ecuatoriano, incluye las nociones de biopoder, performatividad y colonialidad del poder. Para ello alude a Foucault, quien le brindará las ideas de superioridad de unos sobre otros, los que tendrán ciertos privilegios en la filmación, representación y en vinculación con otras instituciones culturales, entre otros puntos. A su vez Deleuze, plantea que la formación discursiva sustenta una “voluntad de verdad”. Así, León considera que hay que pensar las tecnologías visuales desde la biopolítica, en tanto integra temáticas como salud, longevidad, natalidad y razas. Entendiendo que ha aparecido una nueva gubernamentalidad moderna, fundada en la administración del cuerpo social generando una nueva forma de operación del poder.

Basado en estas ideas, León se acerca al documental indigenista, entendido como un aparato político de dominación que pretende gubermentalizar étnicamente a la población mediante la acción de producir sujetos. El documental, con su efecto de realidad, genera un poder prescriptivo, visibiliza al indígena por medio de la imagen generando imaginarios que tienen efecto en el ámbito social. El autor del libro, ve que su performatividad está dada en la producción del imaginario indígena que alude a un ser incapacitado de representarse a sí mismo.

Respecto de la colonialidad del poder, León discute los planteamientos de Castro-Gómez, quien analiza el colonialismo y modernidad cuestionando la mirada eurocentrica, y de Mignolo, quien ve la colonialidad como parte de la modernidad. Para después llegar a lo expuesto por Quijano, quien plantea que es la construcción simbólica que se usa para la dominación y poder entre colonizadores y colonizados. Esto abarcaría una red que conecta dispositivos y tecnologías de comunicación que son articulados por el capitalismo y el eurocentrismo. De esta manera, el cine no estaría ajeno a esta red biopolítica de la colonialidad modulando memoria, imaginarios, deseos e identificaciones a nivel mundial.

Luego de estos planteamientos teóricos, en el segundo capítulo, “Documental indigenista en el Ecuador”, León hace una revisión histórica partiendo desde el primer cine realizado en esa nación, que data de 1870 con la primera proyección óptica y 1901 con la primera exhibición pública.

Estas producciones muestran el tipo de país moderno que se deseaba proyectar en esos años en las llamadas actualidades y noticieros. En cuanto a la ficción, este se desarrolla a partir de los trabajos realizados por Augusto San Miguel, quien comienza sus producciones con “El tesoro de Atahualpa”, de 1924, continuando con “Un abismo y dos almas”, de 1925, donde introduce la temática indígena, dando pie a un tipo de documental que descubre al indígena viviendo en la ruralidad. Según esto, se puede ver que a partir de los años 20’ se realizan los primeros registros de pueblos originarios, sin embargo, entre los años 30’ y 60’ casi no hay producciones, lo que cambia rotundamente a partir de los años 70’ y 80’, donde se desarrolla fuertemente la cinematografía ecuatoriana. En este proceso, se pueden detectar tres momentos del documental indigenistas que serán abordados en los capítulos “El cine de los pioneros”, “La mirada extranjera” y “Filmar la nación”.

En “El cine de los pioneros”, se mezcla la observación simple y el registro etnográfico, algo que es posible de observar en los trabajos realizados por el sacerdote salesiano Carlos Crespi (1891-1982), quien integra este tipo de registro en su emblemático filme llamado “Los invencibles shuaras del Alto Amazonas” (1927). Película que ha sido considerada “el primer documental etnográfico” del Ecuador. Cabe destacar que las misiones salesianas se propagaron por varios países de América Latina y en cada lugar se realizaron interesantes registros fotográficos y fílmicos de los diversos indígenas que habitaron la región.

Tal es el caso del sacerdote Alberto María de Agostini, que instalado en Punta Arenas, Chile, fotografió y filmó, al estilo del sacerdote Crespi, a los indígenas de Tierra del Fuego. Por lo tanto, es muy sugerente el trabajo de Crespi en Ecuador, por cuanto nos revela una motivación visual que pareciera estar presente en otros países Latinoamericanos.

En el capítulo cuarto, “La mirada extranjera”, León expone la necesidad de registrar para dar cuenta de una diversidad cultural opuesta a lo moderno-occidental. Para este segundo momento, aparece la figura del sueco Rolf Blomberg (1912-1996), quien desarrolla un tipo de documental periodístico que cobra gran valor para la filmografía ecuatoriana. Una de sus primeras películas fue “En canoa a la tierra de los reductores de cabezas” (1936). En ella se reivindica la mirada subjetiva, junto a la conciencia individual, además, construye un tipo de mirada concordante con la otredad, pues muestra a indígenas sin conflictos, donde se plantea una relación directa, libre y sin esfuerzo en la traducción cultural.

Para el quinto capítulo, “Filmar la nación”, que involucra al cine social nacionalista, se busca exponer la construcción de relatos históricos y sociales con la idea de articular mitos de origen de la Nación. Con los diversos cambios políticos que se dan en el Ecuador de los año 70’, el Estado da un giro donde se realizan políticas de incorporación del indígena a la sociedad de mercado, de esta forma, se financian productos audiovisuales con temática indígena.

Surgen relatos ligados al proceso de modernización como factor de transformación de esta población y su integración a la economía nacional. Entre los realizadores que caracterizan esta época, se encuentran José Corral Tagle, Fredy Ehlers, los hermanos Guayasamín, Mónica Vásquez, y Raúl Khalife entre otros. Siguiendo a León, en este período se complejiza el texto fílmico y se incorporan nuevos recursos cinematográficos y una heteroglosia cultural. Se pasa de una función informativa a una expresiva, donde el modo de representación objetivo se pierde al incorporar una modalidad interactiva y observacional del discurso documental. A su vez, se recrea el pasado noble indígena, sus mitos de origen fundamentarán el origen ecuatoriano, por tanto, surge un nacionalismo con base arqueológica. Ejemplo de lo anterior es el trabajo de José Corral Tagle Entre el sol y la serpiente (1977), donde al incluir el pasado arqueológico del pueblo kañari, se valoran los legados culturales prehispánicos enalteciendo el pasado indígena con vías a la construcción de una historia ecuatoriana. Otro filme de esta época es el llamado “Chimborazo. Testimonio campesino de los andes ecuatorianos” (1979) de Freddy Ehlers, donde se incluyen denuncias y reivindicaciones de las prácticas comunitarias, como la minga. Para este tipo de film, donde hay intervención indígena, surgen enunciaciones que provienen de los subalternos, produciendo discursos y claros efectos políticos, pues según señala el Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos, el subalterno actúa y produce efectos visibles, como ocurre en los filmes, aunque no sean comprendidos por el propio realizador, la presencia yace ahí.

De este modo, para esta época, el testimonio se enfrenta al relato indigenista que ve al indio como fuerza bruta, y surge una argumentación clara de la condición de subalterno. Por tanto, se contradice con la idea de que el indígena esta privado de conciencia y sabiduría. Los trabajos de Gustavo e Igor Guayasamín introducen la modalidad observacional en el tema indígena. Se limita al narrador omnisciente o el testimonio y se utiliza el sonido directo, además, hay un lenguaje contemplativo que mira de cerca sin intervenir. Para ambos, el documental es visto como la transmisión de la experiencia percibida. Una de sus primeras películas fue “Los hieleros del Chimborazo” (1980), muy celebrada en Ecuador. Dentro de las ideas principales de estos hermanos, destaca que en sus documentales cada espectador sacara sus propias conclusiones, y para eso se usó sonido directo, aun cuando lo filmado ya haya estado pensado con anterioridad en el guión.

Según el análisis planteado por León, las películas de estos hermanos se caracterizan por introducir la modalidad observacional, el relato naturalista y discurso indigenista. Sin embargo, a pesar de observar actos preformativos de dominación en los filmes, también es posible ver actos de resistencia por parte de los retratados, lo que introduce la heteroglosia cultural y el conflicto cultural oculto tras la representación.

A partir de los 80’ surge la preocupación por la preservación de los recursos naturales, con lo que se debe conciliar el crecimiento del capital y los sistemas biofísicos. Aparecen los conceptos como desarrollo sustentable, y el concepto naturaleza es reemplazado por el de medioambiente. De esta manera, los indígenas son visibilizados en función de resguardar esta biodiversidad.

Ejemplo de lo anterior es el filme “Madre tierra. Allpa mama” (1983), de Mónica Vásquez, donde se hace un relato animista para enmarcar la reforestación y el uso de técnicas tradicionales. Se desarrollan dos líneas argumentales, la primera que da cuenta de la consecuencia de la deforestación, y la segunda línea argumental se enmarca en las acciones que se toman frente a este hecho. En el filme se muestran testimonios indígenas sobre el tema del cuidado ancestral de la tierra. Lo interesante de este momento fílmico es el desplazamiento del papel del indígena en el cine ecuatoriano, de fetiche arqueológico y de obstáculo al desarrollo, pasa a ser quien custodia la biodiversidad. Por tanto, hay una recuperación de los saberes ancestrales relacionados con la naturaleza que reformulan el concepto de desarrollo nacional.

Finalizando estos capítulos, y a modo de conclusión, León cierra argumentando que los documentales de los 70’ y 80’ dan cuenta de un nacionalismo cinematográfico que muestra el proyecto nación de aspiración mestiza. Así, se manejó un diálogo con las necesidades modernizadoras y se mantuvo el control de la población indígena. Según Castro-Gómez, se mantiene la poscolonialidad del poder en los dispositivos cinematográficos, a lo que Grosfoguel llama colonialidad global. Esto es, que los lineamientos básicos y fundamentos coloniales del poder solo van cambiando, pero nunca desaparecen. A pesar de la presencia de una heteroglosia cultural cuando aparecen voces disruptivas, donde el sujeto indígena interpela y habla fuera del discurso del Estado-Nación.

El último capítulo, el número seis, llamado “Visiones del siglo XXI”, está a cargo de Karolina Romero, quien intenta analizar las representaciones de “lo indígena” en el cine documental del período 2000-2008 incorporando las nociones de identidad, construcción de la mirada y la relación entre etnicidad e identidad. Dentro del universo de películas analizadas para este período, Romero ve continuidades y rupturas en relación a los filmes del siglo anterior. En relación a las continuidades, sigue existiendo la noción de diversidad cultural como un valor positivo para la nación. En el discurso está presente la idea del “buen salvaje” y se representa a los indígenas mediante estereotipos que tornan estáticas las diferencias culturales, por ende, se borra todo tipo de acción política que pudieran tener los sujetos indígenas. En cuanto a las rupturas, aparecen realizadores indígenas siendo parte de la CONAIE y ECUARUNARI, quienes utilizan el video digital, dando cabida a un nuevo tipo de contenido audiovisual en relación a la autorepresentación. Esta aparición cambiará las preocupaciones y las temáticas de los filmes, surgen las reivindicaciones territoriales, ambientales, etc. y aparece el indígena como agente político y ya no más como objeto de la administración estatal. A su vez, el lenguaje audiovisual incluye la modalidad interactiva, donde se da el encuentro entre el realizador y el “otro” develando en lugar de enunciación del realizador.

Tras la lectura del texto de Christian León, consideramos que el autor realiza un verdadero aporte a los trabajos sobre la representación audiovisual del indígena en América Latina. Los planteados teóricos expuestos aquí, nos permiten acercarnos a los materiales de cada país con una mirada crítica que compila las principales discusiones sobre estas temáticas.


Revista Chilena de Antropología Visual, Número 16, Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Santiago, Segundo semestre 2010.
http://www.antropologiavisual.cl/reinventando_al_otro.htm

El documental en un exhaustivo estudio

10.25.2010 0:44



La investigación en el campo cinematográfico es muy escasa en el país. Quizá por la escasa producción audiovisual en 35 milímetros o por un desinterés generalizado en los investigadores. Apenas un puñado de libros se puede destacar en varios años de historia. Y gracias a un fondo del Consejo Nacional de Cinematografía para estudios de cine, el ensayista y crítico Christian León acaba de publicar su segundo libro denominado Reinventando al otro, en el que se hace un estudio profundo sobre el documental que filma a los pobladores indígenas.


A esta tentativa de registro visual antropológico del aborigen le ha llamado “documental indigenista”, tras utilizar el término de la pintura, el mismo que abordó la temática de la explotación y maltrato de los pueblos originarios de América y sus luchas sociales.


Su estudio es motivado principalmente por la gran producción de películas hechas a indígenas desde la llegada del cine al país, similar situación que recibió la literatura y la pintura. Esta temática de la identidad nacional y la cultura del cine ha obsesionado a León a lo largo de su vida investigativa. “Siempre he buscado conectar la estética del cine con temáticas sociales y culturales, por ello este tema era perfecto para mí”, dice.


Cine, indígenas y país

Uno de los principales puntos abordados es la relación del cine indigenista y el Estado. Este último empeñado en agrupar a todas las culturas bajo una visión aglutinante de país. Todos estos esfuerzos León los mira bajo sus posiciones políticas y geopolíticas, que las conformaron. Dichas finalidades sirvieron para que el cine sea una herramienta de incorporación cultural a la idea de nación: “productor de imaginarios y representaciones”.


En el texto también se aborda al cine como una idea del europeo occidental por asimilar lo extraño. “Ese sueño frankisteniano de exorcizar lo desconocido”, relata el texto. Existe, entonces, una ansiedad y temor por la muerte, por el tiempo que no puede repetirse y por el otro, este como poblador primitivo del país contrario. Eso abre una necesidad de explorar el continente y enfrentar a todos los fantasmas que se pensaban respecto a los habitantes lejanos, comenta el crítico y analista.


En ese contexto aparece Rolf Blomberg, un extranjero sueco de posición económica alta que pudo viajar al Ecuador y hacer varias películas, muchas de registro exótico. Sus cintas veían al indígena como un sujeto amigable, carismático y con una profunda relación con la naturaleza, tal como lo haría el famoso cineasta documental Robert Flaherty en su célebre película Nanook, el esquimal. Sin que esta visión sea injusta o peyorativa, actúan valores occidentales que operan inconscientemente: la mirada exótica, igual como lo hicieran los primeros cronistas de Indias hace siglos. Incluso se repite en la contemporaneidad. “Uno pensaría que eso ha desaparecido, pero vemos que no es tan cierto. Ese también ha sido uno de los objetivos del libro”, manifiesta.


Honestidad visual

¿Hay una forma honesta o correcta de filmar al indígena? “No se puede saberlo, lo que sí es que mientras más conciencia haya de esa diferencia, se puede ser más autorreflexivo y modificar el relato”, afirma León. Con ello se encuentra una forma de cuestionar todo el cine que antecede llena de esa inconsciencia. El afirmar todos los engaños de la imagen y los elementos audiovisuales daría pie a ser más objetivo. Se trata de ver las cosas desde los pueblos. “Siempre hemos contado historias desde el Estado, y en el caso del cine hemos visto una estatización. Si pones la cámara desde el otro lado, desde quienes han sufrido ese poder, la historia cambia”, aduce.



Los hieleros del Chimborazo

La película de los hermanos Guayasamín, Los hieleros del Chimborazo, merece un amplio estudio en este libro, por ser una cinta muy premiada en el extranjero y porque, además, coloca al indígena en otro contexto frente a la cámara. Allí, un indígena bajo efectos del alcohol increpa a la cámara de los realizadores con ira, pero a la vez exigiendo ser él quien pregunte.


León explica que esa voz interior es disidente. Una voz que es contraría a la voz argumental de las películas. Este hombre que irrumpió en las imágenes tuvo varias lecturas. La de León fue decir: “¿Por qué solo ustedes tienen derecho a preguntar?”. Esa reflexión sobre quién tiene la capacidad de filmar y hacer un relato es en este filme un punto muy interesante. “Responder de esa manera no es no tener capacidad de respuesta, sino generar cambios”, afirma.


Frente a la pregunta sobre que muchos de los documentalistas ecuatorianos son formados, no en la literatura ni en la sociología o antropología, sino en el mismo cine, que desconocen la teoría investigativa en el celuloide, León es tajante en asegurar que el principal problema en la cinematografía ecuatoriana es que se ve como algo cada vez más técnico. “Se reduce a la tecnología toda la complejidad del cine, incluso en la formación de los futuros realizadores se pone énfasis en los procedimientos tecnológicos antes que en el contenido de las historias”, expresa.


Una de las vías para enfrentar esto, recomienda el investigador, es relacionar o iniciar un diálogo del cine con las ciencias sociales. Estas ramas del conocimiento tienen mayor destreza en topar temas de diversidad cultural y adosarán los discursos. “No se puede desconocer todo lo investigado frente a este tema, y en eso falta una conversación interdisciplinaria”, asegura.


El país es documentalista

¿Se ha podido observar algún trabajo interesante que haya pasado oculto y que pueda ser digno de destacar? Christian afirma que en esa diversidad encontrada, altos y bajos en calidad y técnica, se puede afirmar que las mejores películas documentales del país están asociadas a la temática indígena.


José Corral Tagle es uno de los directores que el estudioso destaca, así como la película Memorias de Quito y las cintas de los hermanos Guayasamín. Estos filmes han permitido desarrollos importantes y han abierto nuevas cosas que no se habían visto sobre los pueblos indígenas, de forma pionera y decisiva. Tuvieron incidencia social y ayudaron a construir un imaginario distinto en el campo del cine. La obra de León analiza tanto los méritos como los límites, también los discursos políticos, geopolíticos y valores de dichas estéticas visuales.


El lanzamiento de la obra será en la sede de Flacso (La Pradera E7-174 y Av. Diego de Almagro), a las 19:00, el miércoles 15 de septiembre. El libro ya se encuentra a la venta en las librerías del país.


León va más allá de las visiones indigenistas

0:14

Los indígenas vistos por los mestizos. Este es el tema que llevó a Christian León, profesor asociado de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), a escribir el libro ‘Reinventando al otro. El documental indigenista en el Ecuador’.

Durante su investigación, León se encontró con una variedad de matices en estas lecturas que el cine ecuatoriano ha hecho históricamente de los indígenas y de lo indígena. Su libro muestra, a través de propuestas cinematográficas, cómo en el Ecuador se construye al ‘otro’, en este caso al indígena; lo cual dice mucho de las posibilidades que tiene la alteridad en el entorno político y cultural del país.

Esta noche, a las 19:00, en la Flacso, León presentará su obra, acompañado de Jorge Luis Serrano, del Consejo Nacional de Cinematografía; Mercedes Prieto, también profesora e investigadora de Flacso; y Pablo Mogrovejo, en representación de la Asociación de Documentalistas del Ecuador.León también escribió: ‘El cine de la marginalidad: realismo sucio y violencia urbana’ y ‘Ecuador bajo tierra. Videografía en circulación paralela’.

Foro de discusión FLACSO

8.28.2010 3:43

El miércoles 15 de septiembre, a las 19h00, en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) ubicada en La Pradera E7-174 y Av. Diego de Almagro, se realizará un panel de discusión sobre el libro “Reinventando al otro. El documental indigenista en el Ecuador” escrito por Christian León. En el evento contará con la participación de Jorge Luis Serrano (Director de Consejo Nacional de Cinematografía), Mercedes Prieto (Profesora investigadora de FLACSO) y Juan Pablo Mogrovejo (Presidente Asociación de Documentalistas del Ecuador).

El libro analiza la gama de matices que propuso el cine documental ecuatoriano a lo largo de su historia para referirse a los pueblos indígenas. A través de un análisis crítico de las dimensiones culturales y políticas de la representación fílmica presenta un fascinante caso estudio de construcción visual de la alteridad en el Ecuador. La libro surge como producto de uno de los proyectos ganadores de la convocatoria 2008 organizada por el Consejo Nacional de Cinematografía.

Christian León es profesor asociado a los programas de Comunicación y Antropología en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y profesor invitado en el área de Comunicación en la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB). Es autor de los libros “El cine de la marginalidad: realismo sucio y violencia urbana” y “Ecuador Bajo Tierra. Videografías en circulación paralela”.

Filmes analizados

2:52

Los invencibles shuaras del Alto Amazonas
Año: 1926 (1995) Dirección: Carlos Crespi. Producción: Salesianos,UNESCO, Cinemateca Nacional. Duración: 17’. Formato: 16 mm. Silente. Blanco y negro. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Naturaleza, Comunidad, Evangelización.

Obra fílmica
Año: 1922-1935. Cámara y dirección: Miguel Ángel Álvarez. Producción: casera. Duración: 90’. Formato: 16 mm. Silente. Blanco y negro. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Fiestas populares.

Ecuador, noticiero
Año:192
9-1931. Cámara y dirección: Manuel Ocaña. Producción: Ocaña Film. Duración: 23’. Formato: 35 mm. Silente. Blanco y negro. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: modernización, Estado-nación, Educación.

En canoa a la tierra de los reductores de cabezas
Año: 1936. Dirección: Rolf Blomberg. Producción: SVT (Televisión Sueca). Duración: 12’ 5’’, Formato: 35 mm. Blanco y negro. Fuente: Archivo Fundación Blomberg. Indicadores temáticos: Naturaleza, Comunidad, Economía.

Quito, ciudad de contrastes
Año: 1949. Dirección: Rolf Blomberg. Producción: SVT (Televisión Sueca). Duración: 13’ 10’’. Formato: 35mm. Blanco y negro. Fuente: Archivo Fundación Blomberg. Indicadores temáticos: Modernización, Pobreza.

Petróleo en la selva
Año: 1950. Dirección: Rolf Blomberg. Producción: SVT (Televisión Sueca). Duración: 12’ 40’’. Formato: 35 mm. Blanco y negro. Fuente: Archivo Fundación Blomberg. Indicadores temáticos: Naturaleza, Buen salvaje, Modernización, Explotación petrolera, Tipificación racial.

Indígenas en la pesca del pez espada
Año: 1952. Dirección: Rolf Blomberg. Producción: SVT (Televisión Sueca). Duración: 18’ 30’’, Formato: 16 mm. Blanco y negro. Fuente: Archivo Fundación Blomberg. Indicadores temáticos: Naturaleza, Comunidad, Economía.

Aventuras entre los reductores de cabezas
Año: 1958. Dirección: Rolf Blomberg. Producción: SVT (Televisión Sueca). Duración: 12’ 5’’. Formato: 35 mm. Blanco y negro. Fuente: Archivo Fundación Blomberg. Indicadores temáticos: Comunidad, Tipificación racial, Modernización, Buen salvaje, Naturaleza.

El valle de los tejedores
Año: 1960. Dirección: John Alexander. Producción: United States Information Service. Duración: 28’. Formato: 16 mm. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Economía, Modernización, Estado-Nación, Comunidad, Buen salvaje, Política, Desarrollo.

Jíbaros, un pueblo selvático
Año: 1963. Dirección: Rolf Blomberg. Producción: SVT (Televisión Sueca). Duración: 30’ 3’’. Formato: 16 mm. Blanco y negro. Fuente: Archivo Fundación Blomberg. Indicadores temáticos: Naturaleza, Economía, Comunidad, Cultura, Estado-nación, Modernización.

Pedro, un muchacho indígena
Año: 1965-1967. Dirección: Rolf Blomberg. Producción: SVT (Televisión Sueca). Duración: 20’ 20’’. Formato: 16 mm. Blanco y negro. Fuente: Archivo Fundación Blomberg. Indicadores temáticos: Naturaleza, Economía, Comunidad, Cultura, Estado-Nación, Modernización.

Otavalo, tierra mía
Año: 1967. Dirección: Gustavo Nieto Roa. Producción: Servicio Televisión ONU. Duración: 26’ 20’’. Formato: 16 mm. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Comunidad, Economía, Tipificación racial, Pobreza, Clase social, Modernización, Clase social, Desarrollo, Estado-Nación.

La minga
Año: 1975. Dirección: Ramiro Bustamante. Producción: Kino Producciones. Duración: 14’ 45’’. Formato: 16 mm. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Pobreza, Estado-nación, Comunidad, Modernización.

Entre el sol y la serpiente
Año: 1977. Dirección: José Corral Tagle. Producción: independiente. Duración: 8’ 35’’ Formato: 35 mm. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Cultura, Comunidad, Colonización, Buen salvaje, Estado-Nación.

Los hieleros del Chimborazo
Año: 1980. Dirección: Gustavo e Igor Guayasamín. Producción: Centro de Investigación y Cultura del Banco Central del Ecuador. Duración: 22’ Formato: 16 mm. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Denuncia social, Naturaleza, Comunidad, Tipificación racial, Economía, Clase social, Política.

Tsáchila, el hombre colorado
Año: 1980. Dirección: José Corral Tagle. Producción: Consejo Provincial de Pichincha. Duración: 17’ 30’’. Formato: 35 mm y 16 mm. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional.Indicadores temáticos: Naturaleza, Tipificación racial, Política, Economía, Buen salvaje, Colonización, Comunidad, Cultura, Estado-nación, Modernización.

Quito, país de la mitad
Año: 1981. Dirección: José Corral Tagle. Producción: Consejo Provincial de Pichincha. Duración: 17’. Formato: 35 mm 16 mm. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Comunidad, Cultura, Naturaleza, Colonización, Evangelización.

Boca del lobo. Simiatug
Año: 1982. Dirección: Raúl Kahlifé. Producción: Casa de la Cultura e Instituto de Estudios de la Comunicación. Duración: 20’. Formato: 35 mm y 16 mm. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Tipificación racial, Comunidad, Colonización, Naturaleza, Modernización, Estado-Nación, Economía.

Madre Tierra
Año: 1983. Dirección: Mónica Vásquez. Producción: Embajada de la República de Alemania y Ministerio de Agricultura y Ganadería del Ecuador. Duración: 25’. Formato: 16 mm. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Naturaleza, Modernización, Migración, Economía, Comunidad.

Éxodo sin ausencia
Año: 1985. Dirección: Mónica Vásquez. Producción: Instituto Cubano de Artes y la Industria Cinematográfica, y el Instituto de Estudios Ecuatoriano. Duración: 18’. Formato: 16 mm. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Modernización, Comunidad, Economía, Migración, Naturaleza, Cultura, Migración, Estado-Nación.

Tiag (lo que aún existe y es inagotable)
Año: 1987. Dirección: Gustavo e Igor Guayasamín. Producción: Centro Educativo Audiovisual Don Bosco. Duración: 50’. Formato: 16 mm. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Evangelización, Comunidad, Denuncia social, Naturaleza, Pobreza, Cultura, Religión, Tipificación racial, Política.

Madre Tierra II
Año: 1991. Dirección: Mónica Vásquez. Producción: CARE Internacional, PROMUSTA y Ministerio de Agricultura y Ganadería del Ecuador. Duración: 25’ 37’’. Formato: 16 mm. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Migración, Pobreza, Naturaleza, Modernización, Estado-Nación, Comunidad, Desarrollo, Economía.

Pueblos ocultos en peligro
Año: 2004. Dirección: Ana Echandi y Aritz Parra. Producción: CICAME. Duración: 55 minutos. Formato: Dvcam. Color. Fuente: Archivo de Cinemateca Nacional. Indicadores temáticos: Occidentalización, Colonización, Territorio, Estado-nación, Costumbres, Tradiciones, Desarrollo.

Los guerreros kichwa y el petróleo
Año: 2004. Dirección: Holdger Riedel y Siegmund Thies. Producción: Canal Arte y Geo TV. Duración: 52 minutos. Formato: Dvcam. Color. Fuente: Archivo de Cinememoria. Indicadores temáticos: Occidentalización, Explotación petrolera, Contaminación, territorio, Estado-nación, Costumbres, Tradiciones, Naturaleza, Desarrollo.

Tu sangre
Año: 2005. Dirección: Julián Larrea. Producción: Julián Larrea. Duración: 71 minutos. Formato: Dvcam. Color. Fuente: Archivo de Cinememoria. Indicadores temáticos: Estado-nación, Colonización, Ciudadanía, Desarrollo, Identidad, Raza.

Sacha runa yachay
Año: 2006. Dirección: Eriberto Gualinga. Producción: Selva Sarayacu Comunicaciones. Duración: 18’. Formato: Minidv. Color. Fuente: Archivo Selva Sarayacu Comunicaciones. Indicadores temáticos: Territorio, Comunidad, Contaminación, Costumbres, Tradiciones, Madre Tierra, Desarrollo.

Taromenani: el exterminio de los pueblos ocultos
Año: 2007. Dirección: Carlos A. Vera. Producción: Cámara Oscura. Duración: 60 minutos. Formato: Dvcam. Color. Fuente: Archivo de Cinememoria. Indicadores temáticos: Occidentalización, Colonización, Territorio, Estado-nación, Costumbres, Tradiciones, Desarrollo.

Propuesta para la Asamblea Constituyente en Montecristi
Año: 2008. Dirección: Siegmund Thies. Producción: CONAIE, Fundación Pachamama. Duración: 25 minutos. Formato: Dvcam. Color. Fuente: Archivo de la CONAIE. Indicadores temáticos: Territorio, Estado-nación, Explotación de recursos naturales, Ciudadanía y Organización social, Desarrollo.

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El Colegio de Michoacán

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Miguel Ángel Álvarez

1:33

Obra fílmica (1927-1935) de Miguel Ángel Álvarez

Carlos Crespi

1:29

Los invencibles shuaras del alto Amazonas (1927) de Carlos Crespi

Manuel Ocaña

1:25

Noticiero Ecuador (1929-1931) de Manuel Ocaña

Rolf Blomberg

1:22

Pedro, un muchacho indígena (1965) de Rolf Blomberg

John Alexander

1:16

El valle de los tejedores (1960) de John Alexander

Gustavo Nieto Roa

1:12

Otavalo tierra mía (1965) de Gustavo Nieto Roa

José Corral Tagle 2

1:03

Quito, país de la mitad (1981) de José Corral Tagle

Freddy Elhers

1:00

Chimborazo. Testimonio campesino de los andes ecuatorianos (1979) de Freddy Elhers